lunes, 12 de octubre de 2015

Creando palabros nuevos: Cuquis y Esnacs



Cuquis y Esnacs



En los últimos años se viene oyendo el uso de término “cuqui”, (con sus variantes “cuki”, kuqui” y “kuki”) para referirse a cosas que son bonitas, delicadas y de un tamaño en un principio pequeño, siendo empleado el término mayoritariamente por hablantes femeninos (aquí que cada uno considere como quiera la expresión “hablantes femeninos”).

Por lo dicho, no es común que un “macho” use el término “cuqui”, ya que el mismo uso de esa palabra parece menoscabar la hombría de los hablantes masculinos que la emplean (ídem a lo dicho sobre los “hablantes femeninos”). Por ello sugiero analizar el origen del término cuqui y buscar un equivalente masculinizado (para adelantar trabajo ya lo he buscado, pero dejadme que os cuente como he llegado a él).

El término “cuqui” viene del inglés “cookie”, que significa “galleta”. A su vez cookie se podría traducir como “pequeño cocinado”, ya que podemos descomponer la palabra en cook-ie, siendo la terminación –ie es un diminutivo cariñoso, y “cook” el verbo “cocinar” (y también es el cocinero), a la vez que un explorador de la pérfida Albión (James Cook), y un afamado diseñador de juegos de rol (Monte Cook).

Así se pasa de las galletas modernas, elaboradas, delicadas, dulces, pequeñas… (en nada parecidas a la primigenia galleta, comida de marineros de pelo en pecho y tatuajes) a cosas que son como una galleta, que son “like a cookie

Así que a la hora de buscar un equivalente “más masculino” tendremos que buscar en lugares recónditos… como la bandeja de aperitivos (en inglés “snacks”). La cultura popular dice que los hombres son más de snacks y las mujeres de galletas, y entonces ¿por qué no usar esos aperitivos, pequeños, elaborados, con sabores fantásticos, como base para nuestra masculinización de lo cuqui?

Por supuesto, “snack” es un término de la pérfida Albión (o tal vez de sus colonias), y en el castellano más cervantino hay la costumbre de convertir todas las palabras para que su escritura refleje su pronunciación (como en el caso del infame “bluyíns”, así les pegue un rayo a los académicos que aprobaron semejante cosa…). Por ello pasamos a escribir “snack” como se pronuncia, añadiendo vocales, quedando como “Esnack”, pero algo no queda bien, no es cómodo pronunciar una “c” y una “k” juntas, así que eliminamos lo extranjero (como deberían haber hecho con “bluyíns”, y quedarse con “vaqueros”) y nos quedamos con “Esnac”.

Y alguno pregunta porqué no usamos el más castellano “aperitivos” o “panchitos” y los motivos son varios, lo primero es que buscamos una palabra corta, al estilo de “cuqui”, y por otro lado el término “panchito” posee una connotación racial/nacional/estética peyorativa de la que preferimos huir (y condenar, ojala todos aquellos a los que se les aplica dicho apelativo tuvieran los cojones y el valor de José Doroteo Arango Arámbula aka Francisco Villa aka Pancho Villa).

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Hangout Cuqui del 11 de abril de 2015 (Canal de Andvari Leiton)


 

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