sábado, 25 de septiembre de 2010

Archivo 004 de HTSC - La Muerte de los Dioses


“Que no está muerto lo que yace eternamente, y con los extraños evos incluso la muerte puede morir”
Alacife (Kitab al-Azif)
Abdul Al Hazred

¿Qué ocurre con una deidad a la que ya nadie adora? ¿Qué ocurre con una deidad que solo es una nota al pié en un libro de historia? ¿Y con una de la cual ya ni se conoce su nombre?.
Lo primero es saber que es una deidad, y su diferencia con otras “entidades menores” como por ejemplo, los egregores. Así buscamos en el diccionario de la RAE y nos encontramos con esto:

Deidad
(Del lat. deĭtas, -ātis).
1. Ser divino o esencia divina.
2. Cada uno de los dioses de las diversas religiones.

Ignoremos la primera definición sobre la base de la redundancia (la palabra definida no puede estar en la definición) y quedémonos con la segunda.

Bien, hay un problema estamos hablando de dioses a los que ya no se les profesa culto (por lógica inversa cualquier entidad con un culto a su alrededor sería una deidad, como por ejemplo Elvis, Marilyn Monroe, Maradona o el Espaguetti Volador con sus Dos Albondigas). ¿Entonces estos seres son deidades o no son deidades? ¿dejan de serlo cuando muere su último adorador? ¿continúan un tiempo?.
Me atrevo a asegurar que ya que las deidades no son sino aspectos o grupos de aspectos con una forma (imagen) estos pueden modificarse a sí mismos dentro de unos parámetros e incluso fusionarse con otros. Veamos estos casos uno a uno.

Adhesión:
La deidad en extinción podría unirse a otras con un área similar y continuar recibiendo adoración como parte de un conjunto o de una macro-deidad grupal. Tomemos como ejemplo a Hecate; es parte de la Diosa Luna junto con un montón de otras deidades femeninas, como Isis, Diana y muchas otras, creando una macro-deidad de un poder mayor que la suma del de todas ellas.

Fusión:
Dos deidades similares se unen de forman que son una, no dos partes de un todo. La imagen más común son los panteones griego y romano, donde por ejemplo tenemos a Marte, un antiguo dios romano de la vegetación, que se unió a Ares, un dios griego de la guerra, de una manera tal que ambas partes son ahora indistinguibles y no son sino dos dominios de una única deidad, el Marte/Ares grecorromano.

Adopción:
Esto es más común entre deidades nuevas (esto es, deidades de nuevo cuño, no deidades en extinción). Consiste en que una deidad es admitida en un panteón o grupo de adoración diferente al suyo original cuando su panteón original se extingue. Así la deidad Tlaloc continuó como un aspecto de Cthulhu en el panteón Lovecraftiano cuando muchas otras deidades mesoamericanas perdieron sus fieles.

Hibernación:
Hay ocasiones donde una deidad que llevaba siglos o incluso milenios sin ser adorada recupera la adoración en un momento dado, obteniendo un grupo de fieles y su culto reaparece (aunque normalmente suele presentar una aspecto diferente del original).

Pondré dos ejemplos de estos cultos, los Khemitas y los Erisianos.

Khemitas: Un khemita es un seguidor de la religión del Antiguo Egipto. Es una religión reconstruccionista, y como tal, para obtener información el practicante se basa más que nada en estudios académicos.

Erisianos: También llamados discordianos por el otro nombre de su deidad (la deidad grecorromana Eris / Discordia). El discordianismo es una religión moderna (segúna lgunos es una parodia de religión, anterior a la Iglesia del Espaguetti Volador), fundada entre 1958 y 1959 por Greg Hill (Malaclypse el Joven / Mal-2) y Kerry Thornley (Omar Khayyam Ravenhurst). Presenta notables similitudes con las interpretaciones absurdistas de la escuela Rinzai. El discordianismo reconoce el caos y la discordia como cualidades deseables, en contraste con la mayoría de las religiones, que idealizan la armonía y el orden. El acta fundacional del discordianismo y libro sagrado, es el Principia Discordia.

Algunos dirán que uno de los ejemplos es más una broma que otra cosa, y otros dirán que si estoy loco. Y yo digo “no” a los primero y “sí” a lo segundo. Como creencia el discordianismo es tan valido como cualquier otra (tener en cuenta que muchas religiones nos pueden parecer igual de idiotas o incluso más).

Estudiando ambos casos tenemos unas deidades antiguas que han reunido un grupo de nuevos adoradores de un tiempo a esta parte tras haber quedado relegadas a los libros de historia. Esas deidades no estaban muertas, sino que se podría decir que hibernaban esperando una situación más adecuada.

Es notable el caso de Eris que hoy en día cuenta con un planeta (bueno, un planeta enano) que lleva su nombre al igual que otras grandes figuras del panteón grecorromano (sí, los considero en su conjunto).