miércoles, 1 de julio de 2009

Cuando te conviertes en Profesor


Una historia real...

No se muy bien como empezar… ocurrió hace un par de meses, más o menos. Todo empezó con una carta escrita en runas, tener soltura suficiente como para poder escribir de corrido en rúnico no es algo que se vea todos los días y menos aquí donde no hay mucho experto en el tema (podría decir que conozco a casi todos los brujos de la ciudad, pero añado el casi, porque hace un mes descubrí a uno a tres calles de donde vivo) .

Ella (no, no es un tópico, era una “ella”, y lo sigue siendo) , la escritora de la carta, es una jovencita de 16 años que pasó de hablar de las runas a preguntarme si sabía interpretar las cartas del tarot.

Al final, y tras meditarlo hice algo que siempre dije que no iba a hacer, accedí a enseñarle, el que fue alumno se convierte en maestro. Ahí empezaron los problemas para mí, que me inicié de forma autónoma y solitaria, obteniendo información de libros y páginas web, y solo en el último año se puede considerar que he tenido un maestro (en este caso maestra) .

¿Por donde empezar? Bueno, una vez decidido a enseñarle pensé que lo mejor es empezar por algo que le llame un poco que no asaltarla con quilos de teoría. Aprovechando que me había preguntado por el tarot decidí poner una de cal y otra de arena, unos documentos con la historia de la Wicca y un mazo de tarot (sin estrenar, que tenia guardado para “por si acaso”) junto con unas instrucciones muy básicas de lectura.

Por el camino hasta la segunda “sesión” tuve tiempo de hablar con un par de amigos wiccanos por el Messenger quienes me intentaron aconsejar… solo puedo agradecer sus intentos…

Lo siguiente fue una charla, un paseo, una conversación con más contenido que muchos periódicos de domingo. Hablamos del mundo espiritual, de los Reinos de los Jóvenes, del Ciclo y la Reencarnación, del Dios y de la Diosa.

Las siguientes sesiones fueron vía Messenger, por la imposibilidad de poder coordinar los horarios. Por descontado decidí olvidarme en un principio de los textos que yo había seguido cuando empecé, no creo que haya nadie más capaz de leerse la Rama Dorada en dos días, ni las obras de Margaret Murray (las dos que encontré en castellano) en unas horas.

Para ella, decidí, todo será más fácil, las primeras clases fueron muy básicas, lo primero el Libro de las Sombras, o sea, un lugar donde apuntar lo que vaya aprendiendo. Luego fue cuarzo, un amuleto, o mejor dicho, algo para que ella con el tiempo lo convierta en un amuleto, y que sea a la vez un foco en la meditación (la idea del amuleto no fue mía, sino de una amiga, a la cual se lo agradezco) .

Luego llego lo extraño… una conversación describiéndome lo que había visto durante una meditación, un joven cervato que camina hacia una cascada y allí se detiene la imagen y se desvanece el conjunto. Tras una breve conversación sobre el tema (ella a veces se extraña de mis preguntas, como por ejemplo “¿cuántas puntas tenía la cornamenta del ciervo?”, esa me llevó a explicarle al simbología de Cernunnos, lo cual me recuerda que no he dicho aun anda por su especial simpatía por la mitología Egipcia, tal vez por eso fue un ecléctico de lo más anti-ortodoxo quien la encontró…

Hace unos meses, en el día de mi cumpleaños, mi maestra me leyó las cartas del tarot… entre otras cosas decía que iba a ser maestro de alguien este año, y claro, yo, un solitario ecléctico… ni pensé en eso, solo me reí, este fin de semana estuve de nuevo con mi maestra (vivimos en diferentes ciudades) y al hablarle de Silvana (así es como la llamaré a partir de ahora, aunque no es su autentico nombre) me recordó al tirada de tarot, algo que yo había olvidado por completo.

Me encuentro ahora con una joven a punto de cumplir los 17 años cuyo un “espíritu guía” o “avatar” o como se quiera llamar es un cervato joven con una cierta inclinación por las cascadas de agua (lo cual me recuerda que he de preguntarle su afinidad elemental, aunque algo me dice que será agua) y que será una sanadora con el tiempo… si no me equivoco, que también podría ser.

Solo puedo usar esto como una manera de decir que la enseñanza es más difícil y más gratificante de lo que uno piensa en un principio, pasas el día pensado en qué más debes explicarle, si no estarás yendo muy rápido, o muy lento, o si conseguirá acabar el aprendizaje hasta llegar al punto de la Iniciación… si debes hablarle de la Dedicación, o si esperas que las preguntas salgan de ella… te preguntas como lo hacen los grupos de gardnerianos y de alejandrinos…

Y al final, cuando en medio de una conversación, ella acaba una frase, cuando percibe una verdad que aun no le ha sido explicada, algo sube hasta tu pecho calentándolo con fuerza, y veo mi sueño personal del despertar de la Diosa y del Dios del Largo Sueño de la Cruz como algo más cercano…

Ayer me dijeron que debía escribir una novela… tal vez lo haga, al fin y al cabo… nada se pierde, salvo tiempo…

Tal vez lo haga, siempre quise escribir un relato sobre el aprendizaje de un wiccano, ahora tras vivir como un aprendiz sin maestro, se como se siente un aprendiz que se convierte en maestro.

P.D. Mi propia maestra me pregunto si creía correcto o sí veía a Silvana preparada o de verdad interesada… mi respuesta fue al siguiente “prefiero correr el riesgo de que al final decida que esto no es lo suyo y lo deje, que no que sea captada por una secta”. Ciertamente considero que mi propia elección me condiciona, pero creo que la mayoría estarán de acuerdo con esta afirmación.

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